viernes, 27 de enero de 2012

Día Triste

Comentábamos hace unos días en las redes sociales unas palabras de Safo de Lesbos "Sólo cerrando puertas detrás de uno, se abren ventanas del porvenir". Nos hacíamos eco de ese importante concepto de transformación que es soltar y vaciar para poder llenar de cosas nuevas, normalmente las que necesitamos en cada momento. Cada una de las células de nuestro cuerpo muere (o incluso se suicida) para permitir una regeneración que beneficie a todo el cuerpo. El gusano se mete en su crisálida como único método para transformarse en mariposa. Hay miles de ejemplos en la naturaleza que nos señalan la importancia de la impermanencia.

Pero, sin duda, lo más difícil de la vida es soltar a las personas a las que quieres. El acto de Amor más grande es dejar partir a aquel cuyo camino se separa del nuestro, tanto por su deseo de caminar un sendero diferente en esta vida como cuando la Vida, en su misterio, decide llevarse a esa persona que tanto nos aportaba y nos ponía luz. Soltar en esos casos es extremadamente difícil pero también es en esos momentos cuando en ocasiones descubrimos toda la grandeza del ser humano, su humanidad en el formato más profundo. Comparto con vosotros y vosotras el comentario que nos regalo una persona muy especial para mi, en el contexto de un curso de Inteligencia Emocional on line que imparto. Es la carta que se intercambian dos Amigas ante la pérdida de una amiga común, espero que os inspire tanto como lo hizo conmigo. Muchas gracias de corazón a las dos, Alicia y Ana.

Día Triste

Hola a tod@s...

Me vengo aquí hoy como ayer me fui con toda la gente que quiero para compartir mi pena. Se que quizá no es el mejor sitio para contar una historia personal pero ayer murió una amiga mía con 33 años de forma repentina e inesperada.

Quisiera dar las gracias a Antonio por todo lo que me ha enseñado tanto en este como en otros cursos sobre la muerte y la expresión de las emociones.

Ayer...en fin...fue muy triste todo pero sin duda poner en funcionamiento el amor que sentía por mi amiga me hizo llamar a toda la gente que quiero a mis padres a mis amigos y amigas para decirles lo mucho que los quiero y que si alguna vez desaparezco de forma repentina estaré en algún sitio mandándoles fuerza para seguir luchando.

Me fui a rezar por la paz de los que ya descansan, por todas nosotras (el grupo de amigas y por su familia que debe de estar pasando un amargo trago.) En ese momento intenso me llamó mi amiga Ana una persona sin duda muy muy especial para mí y hoy me ha escrito una carta diciendo unas palabras que me gustaría también compartir con vosotros.

Solo quiero poner en valor lo positivo que he sacado hoy nada más abrir el correo. Una amiga se me va y me quedan otras muchas que me han enviado sus mensajes de amor y esta carta tan bonita.

Siento de nuevo soltar este rollo pero con este post solo pretendo compartir mi experiencia por si alguien encuentra consuelo en ella.

Querida Alicia,

No sé qué poder decirte para que sientas consuelo, comprendo que una cosa así no tiene cabida en nuestras palabras, ni siquiera en nuestras ideas, pues tampoco la razón puede comprenderlo todo. Llevo toda la tarde pensando en tí, y aunque quiero centrarme en mis tareas, se me viene a la cabeza lo que me has dicho. Gracias por tu amor, gracias por tu cariño, en medio de un universo que nunca para, nosotros tenemos el amor para brillar. A mis alumnos les explico en filosofía que el amor es lo más profundo que puede sentir una persona, que el amor tiene el poder de hilar un tejido invisible que nos conecta con otros, que a veces se tensa o se relaja, pero que esos hilos forman un telar infinito donde todos estamos conectados, donde todos estamos unidos.

Una vez iba en el tren leyendo, camino a Alicante, y cuando llegué al final de mi libro no pude reprimirme y me eché a llorar. Fíjate, hasta me había perdido un poco en el argumento, vamos que algunas parte del libro las había leído con pereza, pero ese último párrafo me sacudió y ha quedado en mi memoria. Aún conservo el libro. Ese último párrafo hablaba sobre la muerte de los seres queridos, de nuestro recuerdo, de nosotros que somos limitados pero...

(...) pero el amor habrá bastado; y todos los impulsos de amor retornan al amor de donde vinieron. Ni siquiera el recuerdo es necesario para el amor. Hay una tierra de los vivos y una tierra de los muertos, y el puente que los une es el amor, lo único que sobrevive, lo único que tiene sentido.

A veces me he aplicado esto. Mi padre, mi abuela,... me llena de consuelo el puente que nos conecta, ese puente de amor infinito. Gracias por mandarme tu cariño en un día como hoy, gracias por recordarme el valor de la vida.

Siéntete muy querida esta noche, cuando vayas a dormirte, siente el cariño de todos los que te rodean, los que rien y sonríen contigo, los que han cantado contigo, o llorado, o hablado, o paseado, o trabajado, los que te han dirigido una palabra amable, los que ayudaste, los que te ayudaron, o te cedieron el paso, o te enseñaron, o les enseñaste, o les enseñas, o te enseñan.... ¿ves el telar infinito?

te quiere y está conectada a tí, con un fuerte hilo. ana


Verdaderamente la vida es un regalo...
Un abrazo
Ali.x

miércoles, 11 de enero de 2012

En el 2012... enfoquemos nuestra energía en la "Respuesta"

El comienzo de año es una fecha mágica, una toma de consciencia sobre lo que estamos haciendo en nuestra vida y una oportunidad para elegir lo que deseamos para los nuevos tiempos que empiezan. Hemos defendido muchas veces esa frase del dr. John Demartini que dice "Todo lo que eliges lo tienes, todo lo que no eliges los demás o las circunstancias elegirán por ti"

Vivimos unos días bombardeados por noticias constrictivas, recortes, problemas, crisis... que provocan miedo y tensión. Pero podemos elegir dar lo mejor de nosotros mismos más allá de lo que pase fuera. Es verdad que cuando las cosas se ponen difíciles parece que todo es demasiado cuesta arriba y que nosotros no podemos hacer nada ante ello, pero siempre nos enfrentamos a una pregunta que es difícil de esquivar ¿Voy a tomar las riendas de mi vida y a responsabilizarme de lo que en ella ocurra o voy a dejar que sean los demás los que decidan por mi y a invertir mi energía en buscar buenas justificaciones para culpar a los demás o las circunstancias de lo que me pasa?

Desde Avatar Psicólogos defendemos que en tanto enfoquemos nuestra energía y nuestra acción sobre aquello que depende de nosotros estaremos trabajando en el poder que tenemos sobre nuestra vida y, con ello, la sensación de tener un mayor control sobre ella aumentará junto con nuestra seguridad. Trabajar en nosotros mismos y lo que nosotros podemos hacer hace que nuestra eficacia se dispare y empecemos a tener éxito en cuestiones en las que antes nos chocábamos una y otra vez contra una pared. En los cursos de gestión de estrés solemos concluir que la herramienta anti-estrés más poderosa es la pregunta:


De hecho, una de las primeras normas en apoyo psicológico cuando estamos trabajando para ayudar a las víctimas de una catástrofe es tratar de facilitarles que puedan hacer algo. Cuando antes podamos darles alguna función que hacer antes empezarán a tener cierta sensación de control sobre lo que ha ocurrido y su sensación de victimización disminuirá.

Como este aspecto me resulta tan importante os lo presento de otra manera:

Estímulo - Respuesta - Consecuencia

Toda situación tiene tres momentos:

1. Estímulo, es lo que ocurre, lo que nos encontramos, por ejemplo que hoy esté lloviendo o haga mucho calor.

2. Respuesta, es lo que nosotros hacemos en búsqueda de una consecuencia que queremos que se produzca, por ejemplo, si llueve cojo un paraguas porque no quiero mojarme o si hace calor me visto con ropa ligera para no pasar mucho calor.

3. Consecuencia, es el resultado que obtenemos tras poner en marcha nuestra respuesta.

¿Cuánto poder tenemos sobre cada uno de esos momentos?

Sobre el estímulo tenemos un 0% de control, es lo que nos encontrarmos y como aparece sin que podamos hacer nada no tenemos ninguna influencia sobre ello.

Sobre la respuesta tenemos todo el control, el 100%, es lo que nosotros hacemos y por tanto podemos elegir cual va a ser nuestra respuesta. De hecho, una de las cosas que diferencian al ser humano del resto de animales es que los seres humanos entre el estímulo y la respuesta tienen un espacio, la libertad para elegir la respuesta. El resto de los animales tras el estímulo reaccionan, sólo el ser humano tiene la capacidad para elegir entre diferentes respuestas, hay seres humanos que tienen un gran espacio, hay otros cuyo espacio es tan reducido que se asemejan mucho a la falta de libertad que tienen los animales.

Finalmente, sobre la consecuencia tenemos un control relativo, está claro que depende de la calidad de nuestra respuesta que obtengamos las consecuencias que pretendemos, cuanto mejor sea nuestra respuesta mayores probabilidades de obtener lo que deseamos, pero nunca el 100% porque hay factores que se escapan a nuestro control. Puedo salir con un paraguas grande y bueno, pero al pasar al lado de una calle que pase un coche pise un charco y me salpique, o ponerme una ropa muy fresca pero que el sitio al que voy esté cerrado y no haya aire acondicionado, etc. Así que sobre la consecuencia tenemos un X% de control, es variable.

Teniendo estos porcentajes... ¿dónde pondríamos nuestra energía?


Parece claro que lo más eficaz sería poner la energía en aquella parte en la que tenemos el 100% de poder, pero no siempre es eso lo que hacemos.

Hay personas que ponen su energía en el estímulo, eso hace que se sientan impotentes y a merced de las circunstancias, podemos descubrir a las personas que están centradas en el estímulo (en su circulo de preocupación) porque la mayoría de sus frases empiezan por "es que...": “es que es muy difícil”, “es que está lloviendo mucho”, “es que hace mucho calor”... con un tono normalmente teñido por la queja y impotencia.

En mi opinión, la mayoría de las personas comenten el error de centrar su energía en la consecuencia. Si lo que hacen sale bien se sienten bien, si no obtienen la consecuencia esperada se sienten mal. Las personas que se centran en los resultados para evaluarse se sentirán impotentes en todas aquellas situaciones que no dependan de ellos o en las que, habiendo dado lo mejor de sí mismos, no obtengan los resultados que merecen. Por tanto, esta forma de evaluación nos parece injunta porque, si yo he tratado de coger el mejor paraguas, me he puesto con botas de agua y un pantalon impermeable, si pasa un coche que no podía preever (si lo hubiese hecho seguro que me hubiese quitado de en medio en ese preciso momento) y me salpica de abajo a arriba y al final acabo mojado ¿Es justo que me sienta mal y me critique o me insulte a mi mismo? ¿No he hecho todo lo posible, todo lo que estaba en mi mano para mantenerme seco? La experiencia me enseñará que la próxima vez tengo que estar más atento a los coches que circulan a mi lado y por tanto puedo utilizar la experiencia para mejorar mi respuesta en el futuro, pero en esta situación particular ¿Cómo debería sentirme? Pues en mi opinión muy satisfecho de mi mismo porque hice todo lo que estaba en mi mano. Ni más ni menos y eso es todo lo que puedo hacer. Los que trabajamos con deportistas de alto rendimiento somos muy conscientes de lo importante que es centrarse en el juego, en lo que yo puedo hacer, más que en el resultado. Porque si me centro en el resultado ¿Qué dejo de hacer? Pues precisamente eso que me puede hacer ganar que es jugar bien. Cuanto más centrado estoy en si gano o pierdo o lo importante que es este punto más recibe mi cerebro señales de peligro y por tanto más se tensa y más difícil tiene dar la mejor respuesta posible. Si en un examen estamos centrados en las consecuencias, en lo que pasará si suspendo, todo ese tiempo que estoy centrado en lo que podría pasar estoy dejando de hacer lo único que me ayuda a aprobar que es... ¡estudiar!

Por eso nuestro consejo en estos momentos difíciles es centrarse en la respuesta, en nuestro circulo de influencia, en lo que nosotros podemos hacer para superar el reto que la vida nos esté poniendo delante, más que anticipar las consecuencias o quejarnos de nuestra mala o buena suerte. Nuestra propuesta para este año es desarrollar al máximo esa capacidad de elegir con la que contamos y nos comprometamos en nuestra vida con ese cuarto acuerdo que nos ha ofrecido el dr. Miguel Ruíz en su libro “Los cuatro aceurdos” que dice:

Haz siempre lo máximo que puedas

Y como también decía Confucio “Vayas donde vayas… ve con todo tu corazón

En el siguiente cuento podemos encontrar otra manera de verlo:

En un paraje de sol y de paz, se hallaba un escritor que vivía junto a un pequeño poblado de pescadores. En su tranquila vida, cuando llegaba el amanecer, daba un largo paseo por la orilla del mar. Un día como tantos otros, divisó a lo lejos a una joven que parecía bailar sobre la orilla. Conforme se fue acercando, comprobó que la hermosa muchacha recogía estrellas de mar halladas en la arena y las devolvía, con gracía y ligereza, al océano.
"¿Por qué hace eso?", preguntó el escritor un tanto intigrado.
"¿No se da usted cuenta?", replicó la joven, "con este sol de verano, las estrellas se secarán y morirán si se quedan aquí en la playa".
El escritor no pudo reprimir una sonrisa, y contestó: "Joven, existen miles de kilómetros de costa y centenares de miles de estrellas de mar... ¿Qué consigue con eso? Usted sólo devuelve unas pocas al océano".
La joven, tomando otra estrella en su mano y mirándola fijamente, dijo: "Para ésta ya he conseguido algo", lanzándola al mar. Al instante, dedicó una amplia sonrisa y prosiguió su camino por la playa.
Aquella noche el escritor no pudo dormir... Finalmente, cuando llegó el alba, salió de su casa, buscó a la joven a lo largo de aquella dorada arena, se reunió con ella y, sin decir palabra, comenzó a recoger estrellas y devolverlas al mar.


Os deseamos lo mejor para cada una de vosotras y vosotros en el 2012, sin olvidar que mientras estamos en el camino hacía nuestros sueños disfrutaremos de cada etapa del camino mientras que si estamos en el camino de los sueños de otros... todo requerirá mucho esfuerzo, pero eso es algo que trataremos en alguno de nuestros próximos post.